Con varias novedades con respecto al funcionamiento del servicio de transporte de colectivos, una nueva etapa parece iniciarse en el complejo sistema, que en los últimos años se fue degradando casi hasta desaparecer, y que tuvo un conato de parálisis a comienzo del mes pasado, cuando se aventó un paro.

Desde entonces se han ido dando varios pasos importantes hasta llegar a las novedades de ayer, cuando se anunció la compra de 100 ómnibus por parte del Gobierno provincial, la renovación del funcionamiento con nuevas unidades de la línea 11 y de la implementación de  un observatorio de quejas de los usuarios en busca de optimizar las prestaciones tanto en lo que hace a frecuencia de los recorridos como estado de las unidades.

Se trata de varios frentes de conflicto que se han ido desanudando desde hace un mes, cuando los empresarios advirtieron que el servicio era inviable porque la ecuación costos-subsidios-valor del pasaje estaba distorsionada, que los ómnibus -muchos pasados del límite de años de uso- no tenían renovación ni mejora en cuanto a repuestos. A ello se sumaba la constante crisis debido a los acuerdos salariales y el hastío de los usuarios, así como la inestabilidad surgida de la caducidad de las concesiones. En ese momento de fuerte tensión se anunciaron despidos y cierre de empresas. Desde entonces a los anuncios de ahora han pasado poco más de tres semanas.

Ahora el Gobierno provincial, que ha venido sosteniendo la ayuda en subsidios (tanto de la Provincia como de la Nación) para el funcionamiento del sistema, anuncia que ha acordado entregar los 100 colectivos nuevos -muchos con rampas para personas con discapacidad- y que ese gasto, de acuerdo con las empresas, va a ser morigerado a partir de los mismos subsidios. También se ha informado que se va a facilitar a los usuarios el sistema de abono del pasaje al ampliarse las formas de pago. La Municipalidad, por su parte, ha acordado un sustancial crecimiento en el modo de prestación de los servicios, tanto en lo que hace al seguimiento de las frecuencias de colectivos -se pretende que nadie deba esperar más de 15 minutos en la parada-  como en la atención de los reclamos de pasajeros, que ahora tienen la posibilidad de reclamar en el acto los problemas que puedan surgir en el uso de los ómnibus. En esto además ayuda el registro que el municipio ha hecho de los recorridos. Por su parte, las autoridades se han comprometido a la mejora de las calles por donde circulan los colectivos, mientras se pretende comenzar a normalizar las concesiones. Lo que ocurrió ayer con las líneas 11 y 19 parece ser un buen comienzo, en este sentido. Todo esto, por cierto, debería tener su correlato en los servicios de transporte interurbano y rural, que también han de recibir nuevas unidades de ómnibus.

Cabe tener en cuenta que los problemas estructurales de este sistema, que han llevado a que la ecuación subsidios-costos y tarifas deje de funcionar- se mantienen y requieren una ingeniería profunda. Pero se están dando buenos primeros pasos.